Ayer me entrevistaron por un documental que se está haciendo acerca de mi papá. Y una de las preguntas que me hicieron fue "¿qué te dejó tu papá?". Después de haber estado todo el día pensando respuestas para preguntas imaginarias, esta no la había previsto y contesté lo que tal vez es lo más concreto que me dejó: la valoración por lo intangible.
Hoy es el aniversario del nacimiento de Violeta Parra, artista de múltiples disciplinas, sencilla pero no simple, educadora pero no condescendiente, masiva pero nunca complaciente. Tiernísima pero temida, "corderillo disfrazado de lobo". Violeta le enseñó a mi mamá "la peladita" a bailar cueca. Mi papá dice que a él le enseñó a sacar la voz, aunque a mi papá ya le rodea tanto mito así que quién sabe. Pero es evidente que Violeta les dejó cosas intangibles, a ellos, a todos nosotros, a tanta gente.
Hoy me preguntó, ¿dónde están las Violetas? ¿Dónde están sus hijos y nietos artísticos? Una vez en una carta escribió "se sabe que Violeta Parra es la mujer más acompañada del planeta", claro que ella se sentía sola... pues su causa no era compartida por revolucionarios de bar ni por contrarevolucionarios de fundo. Su causa era la canción y no se autodenominaba patriótica si no cantora. Incluso en ese entonces, donde ella había logrado crear un mundo, se sentía lejos de sus hijos y nietos. Sabemos dónde estaban y donde están sus hijos y nietos sanguíneos... pero ese no es tema de esta reflexión.
El tema es que -en el mundo de Violeta- se montaba un arte escénico cuyo principal motivo era si mismo. La gente pagaba por ir a la peña, a la carpa, etc. No había pendones, no había agencias de publicidad ni productoras, no había estrategia de medios, no había auspicios ni patrocinios. No se postulaba al FONDART ni a la Guggenheim ni la Ford ni a la Fullbright. Quizás a veces había gente que aportaba trabajo, espacio, dinero, si... pero motivados por su valoración del show, de su contenido, no porque su logotipo iba a ser visto por consumidores ABC1.
Heredé de mis ladres otra manera, heredé valorar los contenidos, a valorar los sentires y los pensares. Intangibles. Quizás por eso la vida de mi papá terminó sin tremendos logros económicos, por eso se había tenido que ir de Chile de nuevo, al no calzar su vida y valores con el modelo neoliberal imperante. Tengo la suerte de ser parecido. Quizás también tengo "la cagada" en la visión de algunos, pues tampoco calzo muy bien en este modelo, a veces no es fácil, pero me gusta así.
En fin. Me llegaron invitaciones para la inauguración de un festival de cine que comienza en pocos días, y no se si iré. Qué ganas de que fuera distinto, de que el tema fuera el arte y no los pendones, ni los patrocinios ni las productoras. Qué ganas de que al día siguiente el festival no salga en las páginas sociales, que no se comente en el matinal que dos de las actrices de la primera fila se hicieron lifting y botox. No quiero eso. Quiero de lo otro. Quiero más Violeta, más Victor. Los tres somos Libra. Cuatro con mi mamá. Libra la lleva. Feliz cumpleaños. No tengo wishlist en Amazon. Mis deseos son intangibles, así que es fácil hacerme feliz. Violeta, te invoco., ¿estás leyendo?