Hoy se presentó en Santiago el destacado editor de revista Wired, que impresionó al mundo con su hipótesis de la cola larga en la economía. En principio me parece estupendo que venga, pero no me logro sacar una sensación extraña en relación a lo que observo.
Por un lado, lo que Anderson ha explicado incontables veces está ampliamente encontrable, en su blog es posible hacerle preguntas, conocidos míos se emilian con él y tal. Su cosa -la cola larga, las economías de la reputación y la atención- está tan publicada que Chris está efectivamente en la cola corta.
Por otra parte hay algo raro en que las invitaciones dedocráticas para ir a verlo. (Disclosure: no fui invitado, pero tenía cómo conseguirme una invitación y no lo hice).
Lo otro que me perturbó es la cobertura via Twitter. Me sucede que -ahora que ya Twitter es parte cotidiana de la vida de cientos de personas que conozco- no veo el sentido en reportar por esa vía un seminario. Hallo más cómodo leer un reporte bien redactado y en forma lineal, en vez de la forma inverso-cronológica. Twitter me parece útil para mantener contacto con cercanos y para enterarnos de cosas instantáneamente, pero no veo el valor en enterarme instantáneamente de cada frase de Anderson.
Entonces, ¿cuál era la noticia?
Si hubiera ido al seminario, no lo habría twitercasteado, le tengo más respeto mis casi 700 lectores y les quiero dar más señal que ruido. Mi humilde opinión; bienvenidas las demás. A todo esto Roberto Arancibia escribió sobre el asunto, mientras que Daniel Vak Contreras escribió en Enredando.