2006/03/29

Bachelet conmemora con Nosotros


Tres sillas gigantes vacías, en una desolada carretera de un barrio industrial. Con eso nos encontramos cuando llegamos al lugar esta mañana a la ceremonia de conmemoración del secuestro. Pero nos encontramos también con otra cosa: una señal de la Presidenta, de cuerpo presente inaugurando la primera obra pública de su administración.



Se trata de un memorial a Manuel Guerrero, José Manuel Parada y Santiago Nattino. Las sillas, parecidas a sillas de colegio pero de tamaño inmenso, tienen las patas un poco más largas que lo normal (en proporción) para que se vean desde lejos. Manuel Guerreo A., en nombre de los familiares de los tres profesionales asesinados, se dirigió a los presentes con palabras de dolor, de incomprensión, pero también de misericordia y esperanza. Me estremecí con el relato de Manuel al contar lo ocurrido esa mañana. La Presidenta tomó el micrófono para decir algunas palabras, testimoniar el dolor que sintió hace 21 años y destacar cuánto hemos avanzado hacia la construcción de un país más justo.

Luego de las intervenciones de podio, Javiera Parada invitó a la Presidenta a unirse a familiares y amigos para colocar flores al pié de las sillas, donde hay instaladas una placa y unas piedras con el siguiente poema de José Manuel:
Tú vencerás,
incluso porque cuando arrasaron
con tu vida
naciste entre cenizas,
y renaciste entero
camarada.
Tú vencerás,
lo juro,
porque no te escondiste durante la tormenta,
no esperaste sentado,
no renunciaste a nada.

Tú vencerás, con todos,
porque el secreto de la tierra
es tuyo,
tú dominaste el ruido de la máquina,
las olas,
el viento,
la montaña.

Tú vencerás,
te digo,
porque la dignidad
no pisoteada vivirá siempre toda
en tu victoria.
Mientras los asistentes, liderados por la Presidenta, avanzamos hacia la placa, Eli Morris, que también fue alumna del Colegio Latinoamericano y testigo presencial de los hechos hace 21 años, interpretó junto a José Seves una bella canción escrita especialmente para la ocasión. "La terminé de hacer en la mañana" me confidenció después, mientras para mi sorpresa me mostraba su abultado vientre habitado por una músico de 3 meses de gestación. "No sabía si la iba a poder cantar sin ponerme a llorar, ando super llorona". Así este acto, al cual asistieron aproximadamente 200 personas entre familiares, amigos y diversas autoridades de gobierno, presentó una nueva señal de futuro, de vida, de esperanza.

En la tarde se organizó una actividad en la nueva sede del Colegio Latinoamericano de Integración, donde se conversó acerca de la fecha y se proyectó el documental La Historia Pasó por Nuestros Cuerpos, que incluye entrevistas a Manuel, Leo y Estela.

Como ya es tradicional, hacia el anochecer muchos de nosotros fuimos a Los Leones 1401, la ceremonia de luz que hacemos cada año de instalar velas en el lugar del secuestro. Aprovechamos de abrazarnos, conversar, saber unos de otros y fuimos entrevistados por TVN para el programa Medianoche. Me quedé con ganas de ver más a menudo a mis compañeros de colegio que sólo una vez al año, y también con ganas de conocer el Colegio Latino Cordillera, donde muchos amigos han puesto a sus hijos.

La conmemoración me dejó sensación de pertenencia, porque veo que una comunidad que comparte valores que me representan todavía existe.

Abrazos para todos los que participaron y a los que escribieron, en especial a Pablo Morris que hizo el relato más impresionante que he leído acerca de esa mañana, tal vez porque me lo imagino viendo con sus ojos tan niños de ese entonces. Y a Jony Shats, que vivió y vive la cosa de otra manera, que dice que no siente nostalgia, y le creo. Pero yo a veces si, y ahí en su sitio cuento de qué.

También un saludo especial a esa mujer, cuyo nombre no mencionaré, que con a penas 16 años en su cuerpo esa mañana arriesgó su vida forcejeando con los secuestradores, a pasos de la sala desde donde oímos el disparo que hirió a Leo.

Prensa