
Son lugares tan especiales, casi ceremoniales... el estado de ánimo, emoción... allí he vivido algunos de los momentos más importantes; alguien se va o llega, hasta uno mismo... nunca olvidaré cuando llegué a Chile, o cuando volvió mi papá, o cuando voy de visita a donde mi otro papá y me siento un poco llegando a casa.

En cambio Brian Eno -con su habitual genialidad- creó una música especial para aeropuertos, que calza perfectamente con las emociones que relaciono con esos lugares. El resultado me recordó un poco a la música de la versión gringa de Solaris. Invito a ver y a oír en éste link en Wired.com.
Curiosamente, hoy alguien me dijo que tengo cara de que estoy de viaje, y estoy como perro con dos colas porque -para mi sorpresa- es posible que antes de fin de año cruce el charco y pasee por las calles de NYC otra vez.