Crisis democrática, tendencia mundial y local: poca gente vota. ¿Por qué? varias hipótesis se conversan: una que me identifica -a pesar de que voto- es la sensación de que el voto incide muy poco en nuestra realidad, y enfrentados diaramente a tantas nuevas y cómodas formas de interactuar, esa forma de interacción nos resulta obsoleta.
La solución: una nueva forma de interacción soberana para la participación democrática, pues no es suficiente con votar una vez cada ciertos años.
Tampoco es suficiente que partidos políticos tengan blogs, usen Twitter o hagan reuniones por Skype. Esas son maneras más baratas y veloces de hacer lo que hacían antes, aunque incrementan las posibilidades de expresión y participación partidista no son un cambio cualitativo como el que experimentan otros procesos de nuestra sociedad.
Comprar productos, informarnos, operar con nuestro dinero y otras acciones cotidianas se están haciendo cada vez más fáciles gracias a la Web, la masificación del acceso y el perfeccionamiento de la tecnología de comunicación interactiva está cambiando la vida de nuestra sociedad.
No hay ninguna razón para que está tendencia no pueda aplicarse a la participación democrática. La verdadera "democracia 2.0" ocurrirá cuando ciudadanos puedan decidir todos los días sobre materias del Estado, una posibilidad técnicamente implementable hoy.
Naturalmente estoy siendo un tanto ingenuo, claro que hay razones: los que hoy concentran poder bajo excusa de representación no querrán deshacerse de él fácilmente. Pero no importa, a medida que el concepto de incremento de participación real se vaya viralizando, tendrá que ser acogido por la oposición como una promesa. Un camino gradual pero inevitable.
Hay una acción en El Quinto Poder relacionada con esta idea, creación de una plataforma y reforma constitucional para que ciudadanos participemos de manera voluntaria, informada y soberana en decisiones del Estado.