Ayer en elquintopoder.cl, Chiara Sáez Baeza escribió un interesante análisis del proceso de digitalización de TV en España: TV digital ¿cómo asegurar un sistema sustentable y mejor que el actual?
Es una pregunta interesante, especialmente para los emprendimientos de TV que vienen, y también para las televisiones actuales. Pero la digitalización de la transmisión abierta, vía aire –un salto técnico que veníamos esperando años– hoy no parece tan relevante al lado de la tendencia que representa la TV vía Internet.
Creo además que la sustentabilidad está muy bien para la TV comercial, pero me parece relevante –particularmente en TV de libre recepción que usa espectro público– concentrar esfuerzo en TV que fomente desarrollo cultural, mientras la TV comercial puede irse moviendo a la Internet. Explicaré por qué:
TV sobre Internet: sustentable, versátil, revolucionaria
La TV comercial por definición busca segmentación del mercado, llevar contenidos –ya sea acompañados de avisaje pagado por terceros o mediante acceso pagado por el usuario– es por lo tanto una modalidad sustentable y más barata que tener señales múltiples usando transmisión masiva, requiriendo gran infraestructura de transmisión y espectro radial.
En Internet no sólo es más barata la transmisión, también hay ahorro en equipos terminales, donde se observa la Ley de Moore: los computadores son cada vez más baratos que los televisores, incluso muchos teléfonos móviles y tabletas pueden recibir y mostrar video desde Internet, y al conectarse a pantallas grandes se pueden tranformar en las "cajas sintonizadoras" de la nueva TV.
Adicionalmente, el video vía Internet es infinitamente más granular, ofreciendo tanto modalidades en vivo y en demanda, hipervínculos, señales múltiples, además de una rápida y transparente adaptación a cambios de calidad y funcionalidad.
Hay otro aspecto relevante: es difícil censurar los medios de comunicación vía Internet. No es imposible, pero sí insustentable para países pequeños; por ejemplo hoy Venezuela ni lo intenta aunque tiene leyes que lo permiten.
En definitiva, un proyecto de TV vía Internet puede partir con menos dinero y no tiene que rendirle cuentas al poder, eso es llevar a la TV lo que ya hemos visto pasar con los blogs, que se han ido convirtiendo en periódicos online competitivos y más sustentables que su competencia de papel.
La TV hipersegmentada, globalizada y comercial necesita un complemento
Ante todo ese potencial y la consiguientemente inevitable inundación de TVs de nicho por doquier, hay más razones para repensar la "gran TV", de libre recepción como un esfuerzo de interés público, que incremente la calidad de vida, y no como la necesaria plataforma mixta comercial y social que fue en el siglo pasado.
A la TV vía Internet, precisamente por no usar un recurso público, no se le puede exigir ni forzar a actuar en función del bien común, por lo tanto la TV abierta debe volverse más pública y social para llenar el vacío, para satisfacer necesidades comunicacionales de la población que el mercado no puede, como identidad nacional cultural, educación masiva e información de interés público en general.
La TV online ya tiene más audiencia que la TV abierta ¿qué crees que harán los avisadores?
Lo más interesante es que esto ni siquiera será algo cuestionable bajo el eje de la mirada política izquierda-derecha de más o menos Estado. La fuga de avisadores ocurrirá sin pedirle permiso a ningún gobierno y si no nos hacemos cargo como país de tener TV nacional, proyectos como TVN se quedarán sin recursos.
Es evidente por lo tanto que debemos volver a considerar a la TV como un gasto público, de la misma manera que es evidente en salud y educación, areas donde el mercado introduce más inequidad desarrollo país.
Un paisaje televisivo donde lo social está "al aire" disponible para todos en forma gratuita y lo comercial en Internet puede ser más sano que lo que tenemos hoy, donde el valioso recurso público del espectro está destinado a que unos pocos hagan lucro comercial, una escasez artificial y por lo tanto insustentable donde –si no se actúa con objetivos de bien común y largo plazo– veremos morir la TV de acceso público. Y quizás eso es lo que algunos quieren.