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Ignacio Rodríguez de Rementería

#WikiLeaks ya tiene cientos de réplicas o "mirrors" en todo el mundo

Independiente de las interesantes reflexiones que podemos debatir en estos días sobre la necesidad y sanidad –o no– de que se filtre información cuyos responsables no desean hacer pública, lo que ha pasado con Wikileaks está revelando algo mucho más grave.

Sucede que nos hemos ido acostumbrando a la idea de que la Internet es "libre", en sentido de que sobre ella la censura es difícil, y también que es una red mundial en que ningún gobierno la controla. Y la verdad es que ni lo uno ni lo otro es cierto.

La Internet y todas sus aplicaciones, incluyendo la Web, dependen no sólo de infraestructura física que puede estar en cualquier país, para funcionar, depende además de software, y en particular de los nombres de dominio y direcciones IP, fundamentales para la operación normal de la Web en particular y la Internet en general, respectivamente.

Resulta que las entidades que controlan en última instancia la distribución y el uso de dichos nombres y números están sujetas a la legislación de territorio de donde están físicamente, Estados Unidos.

El gobierno de EEUU puede apagar Wikileaks

En la práctica, esto significa que si el gobierno de Estados Unidos así lo quisiera, podría desactivar no sólo nombres de organizaciones (o países completos), también redes IP determinadas, por ejemplo las que se usan hoy en Europa para identificar físicamente la infraestructura donde se ubica http//www.wikileaks.ch/.

En un primer esfuerzo de censura, la presión del Departamento de Estado hizo que Amazon descontinuara el servicio de hospedaje Web a Wikileaks. A continuación, la empresa Everydns.net donde vivía el dominio wikileaks.org también fue presionada, y excusándose por motivos técnicos desactivó dicho nombre. Como reacción, se propagaron rápidamente algunas direcciones IP como las siguientes:

http://46.59.1.2/,
http://213.251.145.96/.

Hasta el momento no parece haberse aplicado presión sobre ARIN y el acceso usando dichas direcciones aún es posible. Sin embargo como precaución, se está organizando la existencia de réplicas o "mirrors" de los contenidos para que sea más difícil evitar el acceso a ellos. Apareció primero una lista de mirrors al aire, que circuló por Twitter con la etiqueta #SaveWikiLeaks, y ahora existe una lista oficial compilada por la organización misma, donde aparecen más de 500 sitios al momento de actualizar este post.

Creo que sobre esto es urgente una reflexión mundial. Como ha dicho John Perry Barlow de la EFF, si pueden silenciar WikiLeaks, pueden silenciar a cualquiera. No pelees por Assange. Pelea por ti mismo".

El buen @claudio lo aterriza de manera un poco más extensa: "Lo que nos enseña Wikileaks, entonces, es la urgente necesidad de establecer condiciones legales adecuadas para proteger no sólo la libertad de expresión sino los derechos fundamentales en internet para tener una mejor democracia".