2009/07/02

El modelo freemium podría funcionar con la música, no creo que con la prensa


Esta mañana el bueno de Eduardo Arriagada publicó un excelente texto de Ricardo Leiva titulado La estrategia ‘freemium’.

Freemium es la estrategia de ofrecer un producto base de manera gratuita ("free") y un producto avanzado, características o servicios adicionales en forma pagada o "premium".

Ricardo Leiva expone las características, fortalezas y debilidades del modelo de negocio fremium y propone que para ser aplicable en el ámbito de las noticias "se requieren de al menos dos requisitos bastante difíciles: un acuerdo de la industria y una mejor tecnología para facilitar los micropagos".

Respecto de los micropagos, Apple y Amazon ya han puesto a disposición de los creadores de contenidos mecanismo que lo permiten, mientras que PayPal, que lleva más tiempo funcionando, ya es utilizado por muchos desarolladores de software para un similar propósito.

Pero con el primer punto, estoy un poco incómodo. Creo que implementar un jardín cerrado para toda la industria de noticias es imposible por dos razones principales:
  • Una es que es los usuarios no quieren pagar. Antíguamente el medio físico iba ligado a la información, por lo tanto se enseñó a los usuarios a tener la ilusión de pagar por el medio físico pero era la excusa para pagar por el intangible. Como resultado, hoy nadie quiere pagar por el intangible.
  • Cuando una empresa intente bloquear un volumen significativo de su contenido, la oportunidad que ello creará para que otra empresa incremente su atención y tráfico haciendo disponible la misma o similar información gratis, es demasiado grande como para que dichas empresas estén dispuestas a amarrarse de manos de esa manera.
Similitud y diferencia entre música, cine y prensa

En el ámbito que conozco de cerca que es la música, el modelo de negocios nuevo es entregar gratis el registro (típicamente archivos mp3), generando un punto de entrada a la relación entre el negocio y el usuario, y luego cobrar por acceso a la versión presencial (conciertos). Puesto que en el caso de la música es posible entregar un producto presencial, cuya experiencia completa es inregistrable, el modelo freemium tiene cabida y parece sustentable.

En cambio en el caso de las empresas periodísticas, no es evidente la existencia de dicha posibilidad. No se puede vender acceso a noticias de manera presencial. Y como los usuario no están dispuestos a pagar con dinero el acceso a las noticias, lo único que va quedando es el negocio del avisaje, que no parece valer lo suficiente (aunque eso podría mejorar).

Los servicios de valor agregado sobre las noticias, prediccion de tendencias, acceso a estudios profundos sobre asuntos específicos, que podrían concebirse como servicios de valor agregado entregables por empresas periodísticas, no son algo en que tengan suficiente experiencia o prestigio hoy, por lo tanto poco probable que alguien quiera pagar por ellos.

Además, por lo mismo que mencioné antes: si una empresa periodística me ofrece un pronóstico -por ejemplo acerca de cuándo bajará al mínimo la tasa de interés para hacer óptima mi contratación de un crédito-, lo más probable es que si intenta cobrarme por acceder a ello, habrá otra empresa, quizás más especializada, dispuesta a darme esa información en forma gratuita para que yo me convierta en su cliente, le de publicidad social, etc.

Gratuidad ficticia y sustentabilidad

Creo que hay otra solución mucho más escalable y sana, si bien más difícil de implementar en términos políticos. Ocurre que en realidad el "free" del freemium es una ilusión, porque la Internet, que es el soporte físico para la distribución de las noticias que está reemplazando el papel y otros medios, no suele ser gratis, los usuarios pagan por conectarse, y el resultado es un negociado millonario por parte de las empresas antíguamente conocidas como telefónicas.

Una solución sustentable entonces sería que quien cobra por el acceso, o sea la empresa que cobra por Internet ante cada usuario, hiciera muestreo estadístico y compensara a los creadores del contenido leído, algo similar a como actualmente la radio y la TV compensan a autores por los contenidos que usan.

Propuse algo similar para el ámbito de la música y cine, pero topé no sólo con las críticas de quienes temen perder la actual "gratuidad" de descargas, también encontré resistencia entre quienes creen amenazada la neutralidad de la red y temen por la privacidad. Por otra parte, las leyes actuales de propiedad intelectual y la noción básica de derechos de autor necesitarían actualizarse al nuevo siglo para que algo así fuera posible, y eso no se ve fácil.