Me llama la atención que a menudo los profesionales que se dedican a asesorar en lo comunicacional a la venta de productos o servicios digan que hacen comunicación cuando lo que hacen es lo que yo entiendo como propaganda o algunos entienden por publicidad.
Propongo que la responsabilidad principal de un comunicador profesional debe ser informar de manera que no haya ambiguedad. Por lo mismo, llamarle comunicación a algo que tiene la intención de influenciar para la venta puede ser tan erróneo como llamarle vegetal a la carne y centro a la derecha.
Si en la ética de los comunicadores no está la honestidad, entonces no debería perturbarnos que los planes "ilimitados" de las compañías telefónicas tengan límite, que se le llame Internet y banda ancha a un producto que no es ninguna de las dos cosas, e incluso podemos llevarlo al ámbito del periodismo y cuestionar que se le llame transición a un golpe de estado, como ha estado haciendo por estos días la CNN.
Estimado publicista, comunicador "digital 2.0" o como sea te autodenomines, tengo noticias para ti: esto es la web, aquí los usuarios no somos entes pasivos mirando la caja idiota, somos personas que interactuamos, contestamos y generamos olas en la red con nuestros comentarios. Cada vez que digas algo que no es o hagas que tu cliente prometa algo que no se cumple, se sabrá muy rápido y se afectarán tu prestigio y el de de ellos.
Similar al periodismo participativo: la publicidad participativa
La Internet nos empodera a todos para responder y ser partes de un proceso comunicativo más honesto, o para desarticular la comunicación deshonesta si fuera el caso. El usuario activo de la 'net, además de ser un dolor en el poto (traducción de dicho gringo) para los publicistas tradicionales, puede ser aliado para los publicistas que sean totalmente honestos, y que simplemente hagan accesible y socializable la buena información sobre un buen producto.
Si quienes se dedican a blogs corporativos, publicidad online, relaciones públicas, etc., asumen ello y se hacen parte de la tendencia, nacerá una nueva forma de hacer comunicación comercial, cualitativamente mejor, más honesta. Pero si quienes trabajan en ello no dan ese necesario salto, se perpetuará la mediocridad que a menudo asociamos a los publicistas y la cual se refirió @Huasonic en su blog personal.
La clave podría estar en discriminar acerca de lo que es un buen producto: el publicista de hoy no sólo necesita asumir la ética de la transparencia, necesita ser un ente crítico desde el principio del proceso y negarse a publicitar algo que no valore en forma personal o que no sepa tendrá valor para sus usuarios. Al final el peso va cayendo en el diseño del producto. Por eso a compañías como Apple le está yendo cada vez mejor y a compañías como Microsoft cada vez peor, aunque la primera gaste mucho menos en publicidad que la última. Apple -y sus comunicadores- desarrollan un proceso comercial más honesto con sus usuarios, su producto siempre cumple su promesa.
Scott Simon de NPR dice que el secreto de una buena historia es entregar algo que las personas quieran repetir a otros. Quizás el secreto de una buena publicidad, en un mundo de usuarios conectados- es entregar un producto que los usuarios quieran recomendar.
El llamado para los diseñadores de productos entonces es a incrementar el valor, y para los publicistas incrementar la honestidad, la coherencia y la responsabilidad.