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Ignacio Rodríguez de Rementería

Contestando a Ernesto Evans: Banda ancha y propiedad intelectual

Hoy apareció en La Tercera una columna de Ernesto Evans titulada Banda ancha y propiedad intelectual. Ernesto plantea varias preguntas interesantes, y aventura también algunos argumentos que me gustaría comentar.

Comienza estableciendo que
"se debe evitar cualquier tipo de medida que limite el acceso de la población a los servicios de internet y los beneficios que de ella se derivan".
Me parece buena idea, sin embargo de seguirla al pie de la letra, tendríamos que evitar que proveedores cobren por el acceso, o al menos regular desde el Estado sus precios o establecer una tarifa única para evitar discriminación. Naturalmente eso no es posible, porque entonces los proveedores no podrían ofertar servicios diferenciados y competir entre ellos.

Si asumimos que los servicios pueden ser diferenciados, y si reconocemos la propiedad intelectual como algo real, no veo el problema en que se permita a proveedores cobrar diferenciadamente por acceso a contenido sujeto a propiedad intelectual. De hecho ya lo hacen. Las mismas compañìas que dan acceso a Internet en Chile ofrecen servicios de TV de pago y venta de música, por ejemplo.

Estoy de acuerdo con que no corresponde asignarle a privados el rol de juez, por ejemplo darle la posibilidad a las telcos de bloquear o terminar servicio a clientes presuntamente infractores de la Ley de Propiedad Intelectual es abusivo. Especialmente porque en algunos casos serían no sólo juez, también parte, debido a lo que ya mencioné.

Más adelante Ernesto indica que
"el servicio de los proveedores de internet es el mero transporte digital de obras".
Yo diría transporte digital de datos, así como las telefónicas proveen transporte de conversaciones, donde no todas son iguales, se permite y acepta que una llamada a Tokyo no tiene el mismo precio que una llamada a la vereda de al frente. De la misma manera, no todos los datos son obras sujetas a derechos de autor. Usando la telefonía como precedente, sería coherente permitir a los proveedores de Internet cobrar diferente por distintos tipos de datos.

Podemos preguntarnos si eso sería bueno o malo, y podemos proponer mecanismos para asegurar que sea bueno, que no se limite el acceso a contenidos libres, para eso la Internet es un servicio altamente granular que puede discriminar.

El año pasado propuse un mecanimso basado en muestreo, en que el precio podrìa aumentaría US$1 por mes por Mbps por usuario. Pero esa sólo fue una idea de cómo solucionar el conflicto. Otra idea, la del pago diferenciado, también merece ser estudiada, no descartada a priori.

Abramos la mente. El hecho de que esquemas de cobro en relación a la Internet y la propiedad intelectual no tengan precedente es irrelevante. Desde el punto de vista legal, la Internet tiene muy poco precedente, debemos inventar la manera, se avanza creando soluciones no impidiéndolas desde el prejuicio. Aunque no estemos de acuerdo con la solución que planteó en Francia el gobierno de Sarkozy, demuestra una preocupación por el tema de la sustentabilidad de la creación de contenidos que es ejemplar. Nótese incluso esta propuesta de que los proveedores de acceso compensen a los diarios por los contenidos que aportan a la red. Las ideas francesas podrían incluso considerarse precedentes, je.

Con un mecanismo inteligente de compensación, Todos ganaríamos porque:
  • creadores se compensarían y se haría sustentable su trabajo,
  • proveedores de acceso se liberarían de la responsabilidad del pirateo y podrían publicitar abiertamente el acceso ilimitado a contenidos licenciados,
  • clientes accederían sin límite y legalmente al contenido, por el precio más bajo de la historia.

Por último quiero comentar que estoy de acuerdo con que es
"razonable establecer el derecho de solicitar que un tercero imparcial se pronuncie sobre la legalidad y racionalidad de tarifas impuestas unilateralmente por las entidades de gestión de derechos de autor", o sea la SCD.
Sin embargo discrepo respecto de que dichas entidades no tengan proveedor alternativo: la Internet misma y todo el contenido que está explícitamente liberado bajo licencias como Creative Commons es una notable competencia. Yo diría que dejemos que los autores compitan con la Internet, pero igualemos las condiciones.