Con una puesta en escena sólida y una banda bien afiatada, la cantante demostró a su público un sorprendente dominio escénico, pese a estar sentada frente al piano durante la hora y media que duró el show.
Dando cuenta de su virtuosismo, Francisca Valenzuela abrió el concierto interpretando una pieza de Chopin que fusionó con el tema "Segunda vuelta", para continuar con "Dulce", una de sus canciones más conocidas.
Linkografía