Érase una vez un niñito, que en 1980, aprendía a sacar pepas de oro de la arenilla de los ríos. Se hace con una sartén con agua, sacudiendo suavemente para que el material mas denso baje y el liviano se vaya. En el país donde vivía el niño , era como en Chile jugar al trompo. El niño lo aprendió y no le dió mayor uso. Ahí quedó esperando a que resultara útil algún día.
Érase una vez el 2007, la industria de la música se retuerce. No es que la música sea gratis, es que está dejando de ser una mercadería y volviendo a ser un rito. El niño es menos niño, piensa en lo que está pasando, y sonríe: la música que no tiene cariño ni significado y que sólo es negocio, se va por su propio no-peso y va apareciendo el oro, como Aca Seca Trio, que hartos niños tuvieron el privilegio de ver y oír anoche, y con la niña mujer hermana de Jazmín, entre Pasajero y Hurry, se tomaron de la mano y miraron a los ojos, entendiendo cosas que no se pueden decir, que sólo en un momento así se pueden expresar.
La noche siguiente, otros niños: Juan Antonio "Chicoria" Sánchez y Osiel Vega hicieron una canción para Jazmín. Un huaino que fluye como el agua. Agua que se lleva algo y nos deja algo.
Quiero que hayan más Aca Secas y Marcelos y Javieres, mas Francescas y Elis y Magdalenas, Chicorias, Osieles y Toños, mas Verdes Violetas y Aznares. Quiero que siga corriendo el agua, que se siga sacudiendo el terreno, siga apareciendo mas oro y desapariendo el reggaetón.
Y hay cosas que quiero que no voy a decir. Pero que se sienten.