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Ignacio Rodríguez de Rementería

Contestando sobre lo de @insulza

Anoche hizo aparición una cuenta Twitter llamada @insulza , que resultó no ser José Miguel Insulza si no alguien que le apoya y que me hizo una pregunta en un post de Paulo Saavedra.

Para no secuestrar el post de Paulo con una larga respuesta preferí contestar aquí.

La pregunta:

"¿Cómo debería ser ese acercamiento? con qué enfoque, en qué sentido, te lo digo abiertamente, te aseguro que tú sabes mucho más de como funciona la red que yo ¿cómo se acerca a los políticos a la red?"

La respuesta:

Creo que no tengo muchos más conocimientos que tú sobre la 'net, quizás se harto en lo técnico pero eso no pasa de ser anecdótico.

Sospecho que para que nos vaya bien en la red lo primero es no asumir que tenemos todas las respuestas, si no hacer buenas preguntas, y por lo mismo valoro la que haces, pensando además en la posibilidad de que que alguien más conteste mucho mejor que yo.

Hay unas pocas cosas que se me hacen evidentes: una de ellas es que aquí solemos funcionar bien en primera persona real, y quizás por eso tu error con la cuenta Twitter nos caló tan hondo a algunos: porque aunque después al parecer corregiste eso, yo ni siquiera lo alcancé a ver corregido, y además quise creer que realmente era Insulza o alguien muy cercano a él que le estuviera ayudando.

Consecuentemente, pienso que acercar al político a este medio tiene que ver con hacerle hablar uno-a-uno, persona a persona, a ser el mismo en la tribuna, en el partido, en la casa y en la calle, porque a mi parecer la 'net no tolera otra cosa. El camino para llegar a ello pasa por tener coherencias que no se construyen de un día para otro, por cambiar paradigmas, costumbres, usanzas y desarrollar una ideología que así lo sustente.

Tal vez eso no sea fácil con el precandidato en cuestión, porque hay una brecha generacional, porque la ideología de la izquierda está afectada aún por el fracaso del socialismo de Europa del Este, tal vez hay algo de negación y además cierta inseguridad ideológica. Si uno no tiene clara su ideológía no quiere entrar a conversar sobre ella.

Comparemos por ejemplo con Claudio Orrego, que participa de redes sociales en la web. Orrego nunca se ha proclamado socialista y por lo tanto no ha sido parte de un proceso de renovación ideológica, presenta al parecer una historia ideológica más coherente, y quizás por lo mismo no le teme al diálogo una-a-uno con la ciudadanía. Independiente de si estoy o no de acuerdo con su ideología, pienso que por eso Claudio Orrego sería un mejor candidato a la presidencia.

Pero volviendo al tema central, pienso que el político que tendrá éxito en este paisaje -al menos conmigo- es el que presente un proyecto de país más justo, pero también el que tenga una historia personal intachable y una comunicación coherente capaz de convencerme de que tiene un real interés por el país, porque la Web, entre otras cosas, es un historial de todo lo que se ha dicho y hecho, con cada vez más info que no se puede borrar.

Quien puede dar el paso de comunicarse uno-a-uno es quien no tiene tejado de vidrio, y por lo mismo admiro a políticos que están dando el paso aún sin tener un historial admirable, como es el caso de Sebastián Piñera. Por él no votaría nunca, sin embargo admiro el trabajo que ha hecho en conjunto con Pablo Matamoros para entender de qué se trata esto e intentar auténticamente ser parte de ello, bancándose todo lo que le decimos y quizás a través de ello tomándole el pulso a la ciudadanía.

Y es que ahí debe estar el punto más importante: la 'net vista como una plataforma para la comunicación uno-a-muchos puede tener cierto valor, pero el potencial mayor es como plataforma para la participación, no como una manera más de mostrar una cara sabrosa, potenciar un nombre como marca, etc.

Entonces, me cueste creerle a un político que va a participar y nutrirse de la red, si ni siquiera desde sus roles en el Estado o en su partido ha fomentado la participación. En este sentido la Concertación en general tiene un historial algo precario, mientras que Claudio Orrego es un ejemplo atípico y admirable de lo que debería venir. Por suerte creo que no es el único, pero es un buen ejemplo.