Santiago, cerca de las 04:00, con demasiada hambre y demasiado poca plata buscando un lugar donde comer algo, después de un show demasiado bueno pero con demasiado poco público. Marcelo y yo vamos con los equipos en el auto, haciéndonos las preguntas existenciales propias de la situación, y de pronto él dijo "lo profundo está en todas las cosas".
Eso es. Lo está. En cada acorde, en cada par de oídos que nos oyó, en cada conversación. Aunque hayamos tocado el alma de una sola persona, vale la pena. Llegamos a lo profundo, con estos sonidos significantes, una noche para 20 personas, otra para 200, eso sólo cuantitativo. Lo importante es que estamos diciendo algo. Lo importante es lo que estamos diciendo.