Por Catherine Cárcamo
Anoche tuve un sueño de ciencia ficción. De esos que por increíbles, fantásticos y reales que parecen, da vergüenza contarlos. Esta vez no será la excepción, por eso me remitiré a escribir sólo su moraleja, una frese, la última que me dijo uno de los personajes antes de despertar: “sus vidas nos entusiasman…a pesar de todo”. La idea me quedó dando vueltas. Poco me interesa si el que habló anoche fue mi subconsciente. Siempre he pensado que éste vive fuera de mí, como un espíritu ajeno que busca un cuerpo donde habitar y que cuando estoy “volando bajo”, lo usa. Por eso no respondo por sus acciones.
Bueno, volviendo a la frase mágica (“sus vidas nos entusiasman…a pesar de todo”). Pienso que es cierto, en cierta medida esa es la frase que me guía. Me entusiasma todo aquello que parece no cerrar su círculo ni lograr la perfección. Me gusta pararme del lado de los que planean y pelean, de los que buscan algo, de los que quieren encontrar. Debe ser que me siento en complicidad con los que no han terminado. Con lo que no pueden convivir con la idea de haber cumplido porque siempre hay una cosa por solucionar, algo por lo que pelear.