Leyendo acerca de la discusión sobre imponer música chilena "por la razón o la fuerza", me doy cuenta de que la conversación en torno al tema parece estar polarizada por el conflicto de la descarga de música por Internet, se ve poca consciencia en cuanto a los beneficios reales y el rol de la música en nuestra sociedad.
Con la música parece ocurrir algo como el deporte, se hace -como en todas partes- música excelente, trabajada, profesional, así como también amateur, al lote, mediocre, etc. Como se trata de un país pequeño, de una población reducida, la probabilidad de que la música resultante compita bien con la música del resto del mundo no es alta, similarmente a lo que ocurre con los deportes. Son excepciones los países pequeños que concentran excelencia deportiva por una mera cuestión de escala.
Entonces, si como sociedad queremos tener música que triunfe, una manera de hacerlo es implementar incentivos, por ejemplo subvenciones y rebajas de impuestos.
La radio es un buen soporte para el incentivo
Una manera es a través de la radio, que tiene la ventaja para la industria -a diferencia de la Internet hasta el momento- de que paga por el material que difunde. Ergo mientras más música chilena se transmite por las radios chilenas, más de ese dinero se queda circulando dentro de nuestra economía y en la industria del pais, cumplimos no sólo el objetivo de la difusión, incrementamos también el desarrollo económico local.
Recordemos que el recurso básico de la radio (y televisión) es el espectro electromagnético, que es de todos los chilenos, por lo tanto es totalmente atingente que se regule su uso de maneras que favorezcan el desarrollo económico local, consistente con la política de subvención que ejerce el gobierno a través de fondos concursables para producción y becas de estudio (Ministerio de Cultura) y difusión en el extranjero (Ministerio de Relaciones Exteriores).
Quienes entren en el juego de criticar a la SCD por voraz y crean que favorecer la difusión de música local es sólo funcional a los intereses de un grupúsculo de autores, no está entendiendo el ecosistema de la producción; el desarrollo de cualquier negocio local favorece a todos los chilenos, no sólo a los músicos, porque hay una cadena de productos y servicios locales involucrados.
Desnutrición cultural
Vuelvo a recordar una conversación -que ya mencioné en otro post- donde una amíga profesional de la salud me explicaba cómo funciona la desnutrición. Los niños desnutridos, presentados con comida, no comen. El fenómeno guarda relación con cómo funciona nuestra psique: para disminuir el dolor de la frustración se nos olvida lo que necesitamos. A diferencia de nuestros vecinos de Argentina, de la potencia mundial que es Brazil o del ejemplo que es Europa, somos un país desnutrido culturalmente, y ello se refleja en nuestros medios de comunicación y particularmente la radio. Nutrir al país con su propia buena música me parece una excelente idea.