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Ignacio Rodríguez de Rementería

Necesitamos proveedores de acceso responsables

¿Cómo es que se abre de que Chile está a las puertas del primer mundo, y tenemos tan pésima Internet? Si queremos tener medios online oportunos, reducción de costos en comunicacione, negocios en línea, aumento de calidad de vida y productividad, necesitamos Internet robusta.

Update: En una encuesta de canal.cl, un 41% y 29% expresaron haber tenido problemas con Telefónica y VTR respectivamente, en las dos semanas siguientes a que las dos empresas publicitaran que iban a triplicar en ancho de banda de última milla a clientes residenciales.

Intermitencias, retardos , mensajes de error, lentitud, VOIPs que no se entienden, mensajes instantáneos que no llegan, representan una disminución del rendimiento que no parece casual, pues se ha incrementado en los últimos días.

De muestra, algunos botones:
  • Sábado 8 de marzo en la tarde. Luego de intensa primera semana de marzo, miles de internautas chilenos se relajan en su casa, y encienden sus computadores para ponerse al día con fotos y videos de vacaciones, descubrir música, ver blogs de amigos, quizás alguna llamada de larga distancia, etc. Y no funciona.

  • Lunes 10 de marzo en la noche, una cliente que lleva varios días sin poder ver Clarin.com (Argentina) desde Valparaíso llama a soporte VTR. Luego de 20 minutos de espera (pagando SLM), le dicen que el diario en Argentina ha "baneado" las redes chilenas. ¿Qué tipo de respuesta es esa? Una respuesta inaceptable.

  • Martes 11 de marzo, comenzando la tarde, algunas redes del Gobierno de Chile no tienen acceso a servicios Google. Los ciudadanos comunes ni se enteran, pero hay municipalidades que usan Google Apps para su intranet y mail.
Todo esto contrata con la ofensiva publicitaria y la presencia en prensa de los últimos días, con Telefónica y VTR declarando que iban a triplicar el ancho de banda asignado a sus clientes, manteniendo el precio. Luego Entel se sumó diciendo que iba a cuadruplicar las velocidades de sus clientes. Pero el resultado ha sido más bien todo lo contrario.

Cuando la promesa es más importante que el producto

La maniobora publicitaria -ampliamente cubierta por sitios especializados y también por la prensa tradicional- hizo que las marcas de ambas empresas se mencionaran extensamente, para felicidad de funcionarios de las áreas comerciales y agencias de dichas compañías.

Para desgracia de los clientes, el anuncio no pareció complementarse con medidas técnicas que atendieran adecuadamente el aumento de demanda.

Esta es la parte en que -si esto fuera un medio tradicional y si viviéramos en un país del primer mundo- el artículo aportaría estadísticas, provenientes de la Subsecretaría de Telecomunicaciones o del Servicio Nacional del Consumidor, o incluso de los proveedores mismos, cuantificando los problemas que se produjeron en los últimos días.

Casi peras y manzanas

Todos los usuarios de un proveedor comparten el acceso a la Internet y la red suele tener cuellos de botella mucho más significativos que el ancho de banda en la conexión de cada usuario. Los puntos críticos suelen ser el peering, o sea las conexiones con otros proveedores, especialmente en el caso de los enlaces internacionales, que son de alto costo.

Por lo mismo, sobrevenden dichos enlaces: por ejemplo, si la conexión promedio que tiene cada cliente fuera de un 1 Mbps, los enlaces internacionales no sumarán ni la mitad del ancho de banda total sumado de usuarios. Ni un cuarto de la mitad. Ni la mitad de un cuarto de la mitad. Y dicha proporción es el factor que más influye en la calidad de servicio.

Por lo tanto, si Telefónica por ejemplo dobla el ancho de banda de todos sus clientes, tendría que doblar el ancho de banda de sus enlaces internacionales, especialmente los que van a EEUU, para mantener la calidad de servicio y cumplir al menos medianamente con la promesa publicitaria.

Levante la mano el que cree que en los últimos 10 días Telefónica dobló su ancho de banda internacional.

Eso es, nadie. Ni los que trabajan en Telefónica levantaron la mano.

El caso de VTR podría ser aún más crítico. Pues el cable de TV, cuando se usa para conexiones de datos, es un medio compartido poco eficaz, congestiones por sobre un 20% en este tipo de redes producen reducciones drásticas de su rendimiento.

Ejemplo: tres vecinos se ponen a usar software p2p, yo trato de usar algo liviano como mensajería instantánea o email, y la red está tan congestionada y colisionada que ni eso funciona.

Levante la mano el que cree que en los últimos 10 días VTR además encontró una solución mágica a la congestión de sus cables.

Claro que no, porque no hay soluciones mágicas. Así como el supermercado no puede vender más peras ni manzanas que las que tiene, Telefónica tampoco y VTR menos.

Pero no necesitamos esperar soluciones mágicas. Bastaría con que las empresas cumplan sus promesas, y para eso ayudaría que la autoridad obligue a cumplir parámetros cuantitativos asociados a dichas promesas.

En Chile tenemos algunas herramientas para presionar en torno a ello, así que invito a todos quienes estén experimentando problemas a darle a estas empresas UNA oportunidad, llamar a sus números de servicio al cliente y exigir una solución, anotando el número de folio correspondiente al reclamo, para facilitar el seguimiento posterior.

Y si la respuesta no es satisfactoria, ponerse en contacto inmediato con con las autoridades pertinentes y los los mismos medios de comunicación que -con tanto bombo y platillo- hicieron publicidad gratis (o no) a estas empresas:Paralelamente, está circulando la idea de crear una asociación de usuarios. No es mala idea.
Continuará.