Me alegra que desarrollos como Creative Commons estén llegando a los grandes negocios y permitiendo regular el uso comercial de la música. En ese contexto, entendiendo la licencia CC como una manera de que haya acceso legal a los contenidos sin lucros injustos, planteo la siguiente pregunta:
si la licencia permite reproducciones y adaptaciones siempre que no sean con fin de lucro ¿que pasa cuando un proveedor de Internet, por ejemplo Telefónica Chile, nos está cobrando para que podamos hacer dicha descarga? ¿no está Telefónica Chile haciendo lucro?Entonces, para mi sorpresa, la respuesta de Claudio es:
Estimado, no entiendo qué tiene que ver tu pregunta con lo que está escrito en el artículo ;)Entonces me quedo de una pieza. ¿Acaso no es evidente que la gente paga a su proveedor de Internet para bajar contenidos como música y cine? Podríamos hablar de ilegalidad, o de vacío legal, pero el asunto es que no se trata de un problema técnico, se trata de un problema ético.
Telefónica, hasta donde sé, te cobra por conectarte a Internet, no por la posibilidad de bajar música.
Decir que le pagamos a -por ejemplo Telefónica Chile- para bajar bits es técnicamente tan correcto como decir que sintonizamos la radio para captar audio. Pero sabemos desde mediados del siglo pasado que el medio es el mensaje.
Qué pasaría si mañana Telefónica Chile filtrara los contenidos que no tienen licencia explícita? Qué pasaría si -por último por razones técnicas (que no le faltan dados los problemas de los últimos días)- decidieran bloquear el p2p? La pregunta no es si la gente se cambiaría de proveedor, la pregunta sería sólo a cuál y cuán rápido.
Hay estudios que muestran que hasta el 90% del tráfico de conexiones domiciliarias es p2p. El hecho de que ahora la pelea publictaria de los proveedores esté dada por el el supuesto ancho de banda que venden no hace más que confirmarlo. Sin audio y video, muy poca gente requeriría más de 1 Mb/seg. en casa.
Similarmente, la radio FM transmite más de un 80% del tiempo música a través de sus señales. La radio la pagamos con atención, recurso que la radio revende como publicidad para financiar su operación y (oh, sorpresa!) compensar a los autores de la música que trasmite. El caso es similar con la televisión.
A Telefónica Chile no le pagamos con atención, le pagamos con dinero, para descargar dichos contenidos, o incluso para hacer otras cosas. Similarmente, cuando vamos a un restaurant, dicho negocio también paga por la música que nos permite escuchar. Cuando viajamos en un bus interprovincial y vemos una película en el camino, la empresa de transportes también para por dicho contenido, aún cuando no es su giro de negocios.
En la 'net se puede establecer de manera estadística cuánto de lo que los usuarios descargan es licenciado y cuánto no. Es tan sencillo como peras y manzanas. Bueno, quizás un poco menos sencillo. Digamos, como una regla de tres :-)
No quiero hacer una guerra con esto, ni con @claudio ni con nadie, salvo quizás con las empresas que se niegan a reconocer el lucro que hacen y a compensar a los socios naturales que tienen en su negocio. La música, ya sea como gran o microindustria, como cola larga o corta, necesita de expertos en el area legal que comprendan la manera en que las cosas están funcionando y puedan trabajar para regularlo adecuadamente, ya sea con las leyes que hay, o creando legislación nueva.
Si quienes estamos involucrados en la música no trabajamos juntos en torno a una solución para que se pueda seguir financiando su producción, en un par de años quizás no tendremos música de la cual preocuparnos, al menos no música nueva, porque ya nadie va a poder dedicarse a realizarla.