El evento me causo reacciones encontradas. Por principio creo en la conversación. Pero yo no habría ido. Paso a detallar a continuación, pero el resumen de lo que quiero expresar podría ser -en representación de mi mismo y en defensa de mis correligionarios 2.0- algo como: "ojo Sebastián, no estamos a la venta".
Un poco de historia
Si por algún motivo no sabes quién es Sebastián Piñera: se trata de un exitoso empresario chileno de derecha, que participa del partido Renovación Nacional y se ha posicionado como candidato presidencial de facto contra el pacto que actualmente mantiene el poder en Chile, la Concertación por la Democracia.
Pero hay más: Piñera fue senador de la república y es quién -bajo el alero de la dictadura de Pinochet- creo en Chile el negociado de las tarjetas de crédito: a lo cual se atribuye gran parte de su fortuna. Su adquisición de uno de los principales canales de TV chilenos le ha hecho ganarse el apelativo de "Berlusconi chileno". Su participación en el Banco de Talca le debe haber hecho ganar otros apodos aún menos afortunados.
La familia neoliberal
Uno de sus hermanos, José Piñera, es el ideólogo de las AFPs, un sistema perverso mediante el cual los trabadores chilenos pagan un especie de impuesto a privados, para que se hagan cargo de su pensión, mediante fondos individuales no-solidarios. El sistema financiero usa esos ahorros como un fondo de estabilización y los dueños de esas entidades lucran mediante especulación bursátil, pero los trabajadores absorben pérdidas, y no pueden controlar fácilmente ni en tiempo real el destino de sus inversiones.
Para el jueves 10 de abril fueron citadas algunas personas que conozco a este encuentro en Apoquindo 3000 piso 18. En principio cuando supe pensé: "bueno, aquí hay un político astuto, con un historial que me produce inquietud, tratando de apropiarse de algo que intuye debe ser importante".
Viendo el testimonio detallado y entretenido en El Mundo Sigue Ahí -no esperaba menos de ti, Roberto- veo por un lado que se trató de algo transparente y coherente. El político quería de verdad entender más de la web 2.0 y llamó a gente correcta para ello. Pero también hay que reconocer que la reunión no le trajo mala publicidad, y está por verse si algún consejo recogido en la conversación aparecerá en algún programa de gobierno o proyecto de ley.
Uno tiene que saber para quién trabaja
Sabiendo que hay personas y al menos una empresa que asesoran al futuro candidato en temas Web, sospeché que se podía tratar de un evento publicitario, destinado a inflar su imagen con el concepto de lo moderno. Y le tengo cierta aversión a la publicidad tradicional. Pero además me quedó una sensación extraña, como de transgresión, donde personas que no comparten para nada la ideología del empresario se sentaron a darle consejos gratis. Hay un inquietante simbolismo cuando una de esas personas, que conozco muy bien -y que no necesita ni quiere que Piñera le de pega-, recibe un ofrecimiento de trabajo en Chilevisión entre broma y broma.
Cuando a uno le ofrecen trabajo por ser profesional es maravilloso. Pero cuando a uno le ofrecen pega en el lugar equivocado y en contra de sus valores, hay que saber decir que no. Quienes me conocen saben que been there y done that y conozco el costo que se paga.
Mis amigos bitacoreros fueron a asesorar gratis a un empresario que quiere ser político. Quizás algunos de ellos comparten su ideología y ética, y eso no es malo para nada, cada uno tiene el derecho a trabajar -gratis o no- para quién le guste. Por otra parte si hacemos el esfuerzo organizado por aconsejar a políticos de todas las tendencias -incluso los que quedan fuera del binominalismo- me parecería estupendo y hasta quizás me sumaría. Pero no parece ser el caso.
Mientras tanto, en el Chile real...
Tal vez mi sensación se explica si cuento que casi a la misma hora, yo me reunía en Santiago Centro con un empresario de izquierda para asesorarlo, y éste ofrecía pagarme mis servicios, que yo había ofrecido gratis.
Encuentro muy bueno que los políticos estén abordando estos temas y escuchando. Yo no se si Piñera me habría ofrecido contratar o querido comprar. Seguramente no tiene plata suficiente para eso. Siento el deber de expresar esto, alguien tiene que decirle que no estamos todos a la venta para él. Una manera inteligente de hacerlo podría haber sido rechazando la invitación, lo que yo habría hecho sin pensarlo dos veces. Y pensándolo dos veces, también.
La Internet, la "Web 2.0", los blogs y este grupo del cual me siento parte somos algo más que algunas buzzwords, a pesar de que alguno puede haber pasado su CV debajo de la mesa, en general no estamos a la venta, y no todos podemos ser su amigo -ni virtual ni real-. No es de mala onda, es que sencillante y como bien decía una amiga: "nadie puede ser tan amigo de todo el mundo".
Para el jueves 10 de abril fueron citadas algunas personas que conozco a este encuentro en Apoquindo 3000 piso 18. En principio cuando supe pensé: "bueno, aquí hay un político astuto, con un historial que me produce inquietud, tratando de apropiarse de algo que intuye debe ser importante".
Viendo el testimonio detallado y entretenido en El Mundo Sigue Ahí -no esperaba menos de ti, Roberto- veo por un lado que se trató de algo transparente y coherente. El político quería de verdad entender más de la web 2.0 y llamó a gente correcta para ello. Pero también hay que reconocer que la reunión no le trajo mala publicidad, y está por verse si algún consejo recogido en la conversación aparecerá en algún programa de gobierno o proyecto de ley.
Uno tiene que saber para quién trabaja
Sabiendo que hay personas y al menos una empresa que asesoran al futuro candidato en temas Web, sospeché que se podía tratar de un evento publicitario, destinado a inflar su imagen con el concepto de lo moderno. Y le tengo cierta aversión a la publicidad tradicional. Pero además me quedó una sensación extraña, como de transgresión, donde personas que no comparten para nada la ideología del empresario se sentaron a darle consejos gratis. Hay un inquietante simbolismo cuando una de esas personas, que conozco muy bien -y que no necesita ni quiere que Piñera le de pega-, recibe un ofrecimiento de trabajo en Chilevisión entre broma y broma.
Cuando a uno le ofrecen trabajo por ser profesional es maravilloso. Pero cuando a uno le ofrecen pega en el lugar equivocado y en contra de sus valores, hay que saber decir que no. Quienes me conocen saben que been there y done that y conozco el costo que se paga.
Mis amigos bitacoreros fueron a asesorar gratis a un empresario que quiere ser político. Quizás algunos de ellos comparten su ideología y ética, y eso no es malo para nada, cada uno tiene el derecho a trabajar -gratis o no- para quién le guste. Por otra parte si hacemos el esfuerzo organizado por aconsejar a políticos de todas las tendencias -incluso los que quedan fuera del binominalismo- me parecería estupendo y hasta quizás me sumaría. Pero no parece ser el caso.
Mientras tanto, en el Chile real...
Tal vez mi sensación se explica si cuento que casi a la misma hora, yo me reunía en Santiago Centro con un empresario de izquierda para asesorarlo, y éste ofrecía pagarme mis servicios, que yo había ofrecido gratis.
Encuentro muy bueno que los políticos estén abordando estos temas y escuchando. Yo no se si Piñera me habría ofrecido contratar o querido comprar. Seguramente no tiene plata suficiente para eso. Siento el deber de expresar esto, alguien tiene que decirle que no estamos todos a la venta para él. Una manera inteligente de hacerlo podría haber sido rechazando la invitación, lo que yo habría hecho sin pensarlo dos veces. Y pensándolo dos veces, también.
La Internet, la "Web 2.0", los blogs y este grupo del cual me siento parte somos algo más que algunas buzzwords, a pesar de que alguno puede haber pasado su CV debajo de la mesa, en general no estamos a la venta, y no todos podemos ser su amigo -ni virtual ni real-. No es de mala onda, es que sencillante y como bien decía una amiga: "nadie puede ser tan amigo de todo el mundo".