Por Catherine Cárcamo
Sr. Lector:
Soy periodista de profesión, eso porque estudié en una universidad. Ahí me enseñaron la estructura que debía tener una noticia y aprendí casi de memoria el valor de un hecho para que fuera considerado relevante e imprimible. Sí, en ese tiempo (no hace mucho) los medios digitales no se habían masificado lo suficiente.
Nunca me gustaron los manuales de estilo que me enseñaban a ser periodista. Todos trataban al aprendiz de reportero como un tonto que debía ocultar al máximo su retraso mental y su poco sentido de humanidad.
Pero como no todo es malo, también aprendí cosas buenas que curiosamente nunca me preguntaron y que tampoco tuve que memorizar: en el proceso me enamoré de las mentes libres, esas que van contra la corriente, que son creativas, críticas, que no tienen miedo de romper con la enseñanza. Esas mentes que cargan quienes saben respirar.
Así salí a la calle y grabadora en mano me encontré con lágrimas de rabia y desencanto. Con personas que agradecían ser escuchada por un "periodista" como quien podía tocar el cielo. Pero había un problema, ellos no eran lo que me habían enseñado a buscar. "No eran imprimibles".
Al poco tiempo descubrí un nuevo soporte de comunicación: internet. Que en su etapa actual se sostiene sobre la idea de la libre publicación y circulación de información. El valor de la noticia parece irse a la basura lentamente. Por fin los "no imprimibles" pueden ser escuchados, mirados y leídos.
Pareciera que la historia evoluciona hacia un final feliz, sin embargo siguen tan vigentes como antes, los manuales de estilo, esos que encierran y persiguen al aprendiz de escritor. Ya no es necesario ocultar en extrañas estructuras de redacción la ingenuidad y el poco conocimiento. Un buen periodista va interesar siempre, aunque escriba lejos o cerca de la pirámide invertida. Aunque lleve o no el apellido o subtítulo de ser "digital", un escritor real tiene ideas no desechables. Es algo así como un buen músico, un compositor que juega a armar una melodía.
Sabemos lo poco útiles que son las estructuras periodísticas- que buscan acortar los tiempos de lectura- cuando circula tanta información replicada. Lo importante ahora son las ideas creativas y con sustento. Por eso digo NO A LA PIRATERÍA DE LAS IDEAS. Más tiempo perdemos encontrándonos con una misma información 10 veces que leyendo una buena e inteligente pluma con redacción "poco digital".
¿La redacción digital es acaso algo diferente a saber transmitir correctamente cualquier idea? ¿importa acaso el modo como esto se logra?
Cada vez me apego mas a las letras. Me agrada encontrar mentes brillantes, que no juegan a ser el escritor que cierto día ganó por milagro un concurso literario y que al año siguiente utilizando la misma fórmula, lo volvió a ganar, y al siguiente también.
Me gusta sorprenderme con la redacción y el estilo que cada uno lleva impregnado en su ADN.
Por eso Sr. Lector, periodista de profesión, oficio o convicción, lo invito a ser libre, a escribir según la estructura que usted desee, nos interesa conocerlo así. Con sus acentos y planicies. No importa si pronuncia mal ciertas palabras, ya sabemos de uno que sufría de ese horrible defecto.
Mi profesión no se enseña en la universidad, es una ciencia social, está en la calle, sí, en ese lugar donde ocurren las cosas más irreales, menos estructuradas, subtituladas y menos destacadas que pueda usted imaginar.
Catheryn Cárcamo, 26 años.
periodista licenciada en COMUNICACIÓN SOCIAL