El poder de los blogs/microblogs y su convivencia con los medios tradicionales de información pareciera ser el tema que está ocupando y preocupando el debate en torno a los nuevos medios de comunicación. Ya quedó atrás el fetiche tecnológico. La mirada se desplazó ahora hacia los contenidos y sus efectos.
La llamada web social se ha instalado como una nueva fuente de información para el debate público, al desplazar los espacios de convivencia y gestación de la opinión pública, al ámbito virtual. ¿Está acaso en la blogósfera lo que interesa a los ciudadanos? ¿lo que no interesa es rechazado abiertamente también a través de internet?. Podría pensarse que todas estas afirmaciones surgen de alguien fanático de la gran de red, o cómo se le llama hoy en día, un geek, cuya confianza en los nuevos medios de información no lo hace consciente del “mundo real”. Sin embargo, hace algunos días apareció en el diario El País de España una entrevista al sociólogo Manuel Castells. Una voz respetada en el ámbito internacional. Fiel y frío relator de los cambios sociales de nuestros días. Ahora algunas de sus ideas, esas que nos harán dimensionar de otra manera las cosas:
- Internet no aisla a las personas: Es más interesante y provoca más controversia pensar que Internet es un factor de alineación entre las personas que una extensión de nuestras vidas. 15 estudios refuerzan la idea de que las personas sociables se vuelven aun más sociales con las herramientas que les ofrece Internet.
- Internet simboliza el miedo a lo nuevo: Es un nuevo mundo desconocido que no se entiende ni controla. Es un instrumento de libertad y de autonomía que se enfrenta al poder, que siempre ha estado basado en el control de las personas, mediante la información y comunicación.
- El acceso a Internet no es determinante. El poder que se le puede dar a Internet se sustenta en la educación y el acceso al trabajo. En España, la llamada brecha digital es por cuestión de edad. Los datos están muy claros: entre los mayores de 55 años, sólo el 9% son usuarios de Internet, pero entre los menores de 25 años, son el 90%. Sin educación, la tecnología no sirve para nada.
- Internet genera desconfianza en las instituciones: Mientras más autónoma siente una persona frente al caudal de información que presenta Internet, menos confianza tiene en las instituciones tradicionales.
- El uso que le da el poder a las nuevas tecnologías distancia a los ciudadanos: el sistema político no está abierto a la participación, un tema que contrasta con las posibilidades tecnológicas de participación que surgen hoy en día. Los ciudadanos se sientes desplazados.