La internet va a cambiar -y ya está cambiando- totalmente a la sociedad, de una manera que parece salida de un cuento de Olaf Stapledon o Theodore Sturgeon.
Con todo lo conectado que ando, no noté que estaba pasando frente a mis ojos, en la punta de mis dedos. Complementando el post de Caterine: creo que la red no sólo expresa información, expresa conocimiento, pues desarrolla la conexión entre informaciones, o desarrolla las conexiones de la información.
Devolviendo valor como filtro
Cada usuario de estas plataformas no está solamente intercambiando información bruta, está además aportando su particular selección, y además estableciendo relaciones entre gránulos de información que están en la red. En un mundo de abundancia y hasta exceso de datos, esa selección y relación tiene un gran valor agregado, o sea le podemos devolver valor a la red a cambio de la información que nos entrega, transformándonos cada uno en un curador de la web.
Esto me hace pensar acerca de lo que es y lo que no es la "web 2.0". Le decía el otro día un amigo, estoy convencido de que esta revolución no es simplemente una tendencia de la tecnología, no es que usemos XML o HTML 5, ni siquiera que usemos RSS o mashups, aunque eso ayuda. Es un cambio estructural de la humanidad en su relación con la información.
Y es que el eje social es una parte importante de ser humano, y algo que la estructura urbana y mediática-corporativa habían adormecido o en el mejor de los casos cooptado. Aislándonos en función de segmentar nuestras necesidades y hacernos más individualistas para que la intermediación de las necesidades sea explotada por alguien. Por eso la sed de socialización online y el éxito de proyectos web que incorporan el eje social. Como resultado, la red está siendo la caja de pandora que devuelve contacto y participación a las multitudes, especialmente las que ya no comulgan con la tele, la radio, la "política", etc.
Desde esta perspectiva, se entiende el éxito inicial de Twitter, la explosión que tuvo alguna vez MySpace, el éxito creciente de Facebook y se hace evidente que -nos guste o no- Digg y Fotolog son más "2.0" que el WSJ o la CNN.
El nuevo miedo de los "medios"
Y es un asunto de base: por ejemplo tener "blogs" en su versión web no va a hacer necesariamente que un diario sea parte de la revolución social de la web, en la medida en que siga existiendo una editorialidad de elite, de arriba hacia abajo, que es básica a la estructura corporativa de dichas empresas periodísticas, y como consecuencia hay un intento de poner el soporte web al servicio de dicha estructura, versus poner el poder editorial en manos de una multitud de ciudadanos. Por ejemplo los editores de Fotolog, YouTube y Google somos todos, y para qué hablar de Wikipedia.
Vamos estableciendo relaciones entre informaciones, y vamos creando así la web multi-sitio, multi-servicio, multi-protocolo, multi-usuario.
¿Significa esto que los medios de comunicación tradicionales desaparecerán? No. La radio y la TV no hicieron desaparecer el libro y la revista. Los distintos medios se complementan. Pero no hay que engañarse, el cambio en esta ocasión es mas profundo, porque va mas allá del costo y la velocidad, va a lo cualitativo: el cambio en la dirección editorial. La pirámide que se invirtió no es la de la redacción, es la del poder. Por lo tanto quienes mantuvieron el poder durante el siglo pasado tienen razón en tener miedo.
Recursividad: compartiendo lo compartido
Louis Gray se preguntaba ¿qué pasaría si sólo nos suscribiéramos a lo que otros comparten? Leyendo a Gray noté que los sitios cuyo contenido más valoro son los que me ayudan a encontrar más contenidos interesantes, otras fuentes. No índices como el viejo Yahoo ni buscadores como Google, más bien feeds de sitios que a su vez comparten feeds de otros, la web de tiempo real. Algo similar sucede con las cuentas que sigo en Twitter, sigo a gente que me informa, que comparte links a cosas que considero de valor.
Esta red se puede visualizar como un mapa de flujos de información, la información va pasando de sitio en sitio y persona en persona, a veces sólo referida, pero a veces comentada, referenciada, complementada, corregida, criticada. Y luego pasa por otro sitio o persona, que a su vez la filtra, y así, incluso volviendo sobre un camino similar otra vez, re-procesándose. Es muy similar a la estructura de una red neuronal.
La red ya se hizo semántica
Más adelante tendremos chips que hablan con la red implantados en nuestros cuerpos, nos parecemos a los gorriones telépatas en red de Stapleton, pero eso no será tan revolucionario, será sólo una mejora cuantitativa. El cambio cualitativo está ocurriendo aquí y ahora: la red además de contener información, está expresando las relaciones entre las informaciones, vale decir la semántica, vale decir conocimiento, cuya totalidad da lugar a un casi consciente colectivo al cual cada vez más seres humanos estamos crecientemente conectados: inteligencia en línea cada vez mayor.
No es que la red sea en si misma una máquina pensante, nada de Skynet. La red es una manera sencilla de darle forma al conjunto pensante, formado por todos quienes hacemos parte activa de ella. Quién aún no se haya dado cuenta, quizás está haciendo una lectura lineal de la web, no hypertextual. Parece que estamos teniendo que aprender a leer y escribir -en definitiva a lenguajear y pensar- de nuevo.
El desafío para la humanidad entonces será que estas plataformas nos conecten en una modalidad de inteligencia colectiva; también existe el riesgo de que sean invadidas por intereses fácticos y -como sucede a menudo con la TV- los medios participativos den lugar a estupidez colectiva. Depende de nosotros.
Ver también: Está evolucionando una nueva capa del cerebro: la metacorteza.